Hace rato que la primavera comenzó, y pa variar estoy con la alergia más grande del universo completo, a tal punto que con suerte puedo respirar.
Aparecen las parejas demostrándose amor a todas horas, enfrente de todos los transeúntes amargados (así como yo), quienes desarrollan un poco de voyerismo, observándolos descaradamente mientras se besan, y otros simplemente pasan de largo sin mayor complicación. A mi en lo personal, me molesta ver toda esa manifestación de aprecio y adoración entre seres. Me molesta a tal punto que me llega a hervir la sangre. Y es por un tema netamente de envidia. De esa de las peores. Y la cosa está en que me siento un ser demasiado picao con el amor de pareja. Me carga, y desde siempre... Cero tolerancia con esas cosas, pero cuando llega mi turno, se me olvida un poco.
Por lo general, la primavera no tiene mucha trascendencia, salvo que me indica que debo sacar la ropa de verano, y que me llega la maldita alergia que no me deja en paz.
Y cada segundo que pasa, me reprocho por mi falta de tino, por mis temores estúpidos e infundados.
Me da lata ser tan quedada para algunas cosas, y quejarme por causas que yo misma busco. Es estúpido... Y yo creo que todo el mundo es estúpido, porque en primavera se pone cursi, y porque hay puro amor en el aire, y a mi me desagrada, insisto. El sabor amargo de la soledad por orgullo persiste por mucho tiempo. Al final, termina arrastrándote con él, hasta convertirte en alguien medianamente despreciable, y totalmente misántropo.
A lo mejor, toda esta pila de reacciones y pensamientos, nacen de la poca oxigenación que llega a mi cerebro en estas fechas.
Respirar es tan complicado algunas veces.
Desearía un par de maravillosas branquias, y un hombre con una manzana de Adán pronunciada. Eso es tan sexy, que me excita un poco (no en el sentido de la calentura), sino que atrae mi atención por completo... Y si me habla una voz gruesa, tanto mejor.
Esto no tiene pies, ni cabeza.
Para variar
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