sábado, abril 21, 2007

Transantiago=>Peligro


Siempre me he visto en la necesidad de utilizar micros, para moverme de un lado a otro, excepto, cuando iba al colegio, y no tenía plata pa volver, que caminaba desde Marín [Providencia], hasta el cementerio general, donde mi abuelita, y me quedaba esperando a mi viejo, para irme con él en el auto.
Nunca había tenido grandes problemas, salvo la vez que me robaron mi celular antiguo... Pero esa es historia aparte.
El viernes, supuestamente, tenía que llegar como a las 12 a mi casa, para preparar almuerzo, y esperar a mi hermano, que llegaba del colegio. Todo iba bien, hasta que decidí esperar a Nícolo por un Vademécum que le había pedido. La cosa es que eran las 12:20, y yo seguía en la facultad. Después de un pequeño lapso, Nícolo llegó, y atravesé la calle para tomar micro.
Venía super cerca, así que me subí rápidamente, y me ubiqué en un asiento de la parte posterior (extraño, porque siempre trato de viajar adelante, pero esta vez, no...).
Iba mirando un libro, porque me había aburrido de ver niños con sus madres, unos abuelos, y un tipo con unos audífonos enormes delante mío. Así que me puse a ojear, olvidándome de que tenía que mirar por la ventana cierto tiempo, para saber cuanto me quedaba para llegar.
Con este asunto del transantiago, las monedas son parte del pasado. Ahora se paga, deslizando una tarjeta, cerca de un validador (aparato marciano, que indica cuanto pagas por el viaje, y cuanto es el saldo disponible para efectuar un próximo viaje)...
Pasaron como diez minutos de andar, y la micro se detiene por un período prolongado. Levanté la vista, y noté que el conductor de la micro se echaba puteás con un flaite, que quería viajar gratis.
Eso es bastante común, pero este flaite no se quedó con la rabia ahí, así que llamó a otro compinche que salió de la nada, con un bolso, y unos camotes...
El chofer se ayudaba de un palo para ahuyentarlos, mientras que otro sujeto lo ayudaba a corretear a estos dos tipos.
Reiniciamos la marcha, y al doblar para entrar a Panamericana, el flaite que se había tenido que bajar de la micro, viene corriendo por la acera de enfrente, y arroja el camote, hacia la primera ventana, tras la del chofer.
Resultado, vidrios volando por todas partes, llantos de niños, señoras ayudándose entre sí, y viendo que aquella piedra le había llegado a un abuelo que viajaba en el primer asiento. Menos mal que no pasó nada muy grave... Quedé más asustada que nunca, me latíael corazón, una por el susto, y la otra, porque iba a llegar tarde.
Me cambié de micro apenas pude, pero viajé psicoseá todo el resto del camino.
Lo que es...
Cada vez estamos más expuestos al peligro...
Mejor me voy en un container de camión pa no sufrir más.
neee...

Hyde_Sama
†I died then my Instinct was born†

1 comentario:

Gradalis Pasteline dijo...

nah q extremme lo q te aconteció XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
viajar en esos buses es terrible, se transforma en un martírio, imagínate q siempre debo estar aquí a las 9:00 am al trabajo y despúes no tengo idea a q horas llegaré a casa porq las micros pasan llenas y no paran cuando estan semi vacía, en fin...
es terrible T_T


besitos ya pasó el susto
te postee en el tema anterior también para q te fijes ^^