lunes, marzo 17, 2008

Conversando con la Coté, hoy en la facultad, me di cuenta de que cada vez las cosas me importan menos. O sea, no es que sea así literal, pero mi margen moral, está yéndose a las pailas, y no me importa mucho que digamos.
He perdido gran parte de mi vida frenándome de hacer cosas "indecorosas", y todo por pensar en el qué dirán!, o simplemente porque no quería dejar una mala imagen (siempre pensando en la aprobación de los demás). Y ahora último, han acontecido ciertas cosas, que en verdad me impresionan un poco, debido a lo desinhibida de mis respuestas y acciones.
Ahora me pregunto, ¿por qué habré cambiado tanto?, ¿Será que me di cuenta que dentro de todo soy un ser de carne y hueso que está hecha a base de instintos como toda la humanidad? O simplemente porque ya estaba aburrida de estar en el mismo sistema todo el tiempo?
La verdad de todo, es que ni yo lo tengo muy claro que digamos. No sé si será madurez, o un despertar que no quería asumir hacia mi sexualidad.O tal vez, el tanto negarla y pasarme rollos, dejando que la idea del lesbianismo, aquella de la que tantos han sugerido debido a mi cuasi nula capacidad de relacionarme con el sexo opuesto. El asunto está en que ando muy hormonal, con ganas de hacer cosas, que hasta hace poco, me parecían innecesarias...
De verdad, que me están llegando como avalancha, todas las cosas que deberían haberme pasado en la pubertad. Ahora pienso que de tanto pensar en que no era niña (de género,porque creía que era algo medio andrógino, casi hermafrodita), hizo que me sucediera todo lo que he mencionado a lo largo del blog, en la gran mayoría de boludeces que suelo escribir.
Uf... Así que ahora estoy en un proceso de ver qué es lo que me pasa, y por qué tengo ganas de hacer tantas cosas, sin siquiera pensarlas un poco...
Porque lamentablemente, si corro riesgos, son demasiado altos

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